-Un restaurante de Atlanta se ha convertido en un lugar "desenchufado" para que la gente pueda compartir sin la interferencia de los teléfonos-.
A medida que la tecnología se ha convertido en una parte indispensable de la vida de las personas, los teléfonos celulares y las computadoras de mano se han vuelto prácticamente otro miembro de la familia.
Estos aparatos se han hecho tan importantes en la vida urbana que a veces parece que apenas hay tiempo para recargarlos para hablar, enviar mensajes de texto o escribir en Twitter.
El restaurante Neo del barrio Buckhead en Atlanta exige a los comensales que dejen sus teléfonos y asistentes digitales al capitán de meseros como una solución para desenchufarse por completo.
La premisa en la que se basa este negocio es que esos aparatos, que mantienen a las personas en conexión constante con otros, las están alejando y desvinculando de quienes son más importantes: amigos y pareja.
“El equipo estaba hablando el otro día y algunos se quejaban de cómo nunca podían alejarse del trabajo, cómo sus parejas siempre están revisando sus teléfonos durante la comida, cómo nunca hay oportunidades para simplemente relajarse y desenchufarse. Entonces se les ocurrió: ¿por qué no tener una noche así en el restaurante? La idea creció a partir de allí”, dijo Beth Allen, directora de ventas y comercialización del hotel The Mansion on Peachtree, que aloja el Neo.
Ese sentimiento es compartido tanto por los clientes como por otros dueños de restaurantes como el Tazza en Nueva York y el Cole Valley Café en San Francisco, que tienen una política de no admitir celulares.
“Dejamos nuestros teléfonos en el carro a propósito.
Luego no podíamos dejar de hablar”, afirmaron Faye Naruke y Jennifer Proctor que se pusieron al día sobre los últimos cinco años de su amistad.
Contó que después de superar el miedo de no poder verificar correos electrónicos o responder a los mensajes de texto entre sorbos de vino o bocados, los hábitos de compartir los alimentos regresan poco a poco.
El hecho de que ningún teléfono suene alrededor también es un cambio bueno.
“Los teléfonos suenan todo el tiempo. Cuando se está oyendo la conversación de alguien, usted trata de no escuchar, ¡pero siempre se siente que hay algo que está usurpando la velada!”", comentó Vicki Flink, clienta del Neo.
Estos aparatos se han hecho tan importantes en la vida urbana que a veces parece que apenas hay tiempo para recargarlos para hablar, enviar mensajes de texto o escribir en Twitter.
El restaurante Neo del barrio Buckhead en Atlanta exige a los comensales que dejen sus teléfonos y asistentes digitales al capitán de meseros como una solución para desenchufarse por completo.
La premisa en la que se basa este negocio es que esos aparatos, que mantienen a las personas en conexión constante con otros, las están alejando y desvinculando de quienes son más importantes: amigos y pareja.
“El equipo estaba hablando el otro día y algunos se quejaban de cómo nunca podían alejarse del trabajo, cómo sus parejas siempre están revisando sus teléfonos durante la comida, cómo nunca hay oportunidades para simplemente relajarse y desenchufarse. Entonces se les ocurrió: ¿por qué no tener una noche así en el restaurante? La idea creció a partir de allí”, dijo Beth Allen, directora de ventas y comercialización del hotel The Mansion on Peachtree, que aloja el Neo.
Ese sentimiento es compartido tanto por los clientes como por otros dueños de restaurantes como el Tazza en Nueva York y el Cole Valley Café en San Francisco, que tienen una política de no admitir celulares.
“Dejamos nuestros teléfonos en el carro a propósito.
Luego no podíamos dejar de hablar”, afirmaron Faye Naruke y Jennifer Proctor que se pusieron al día sobre los últimos cinco años de su amistad.
Contó que después de superar el miedo de no poder verificar correos electrónicos o responder a los mensajes de texto entre sorbos de vino o bocados, los hábitos de compartir los alimentos regresan poco a poco.
El hecho de que ningún teléfono suene alrededor también es un cambio bueno.
“Los teléfonos suenan todo el tiempo. Cuando se está oyendo la conversación de alguien, usted trata de no escuchar, ¡pero siempre se siente que hay algo que está usurpando la velada!”", comentó Vicki Flink, clienta del Neo.